La cualidad de líder ha sido estigmatizada en el mundo global en virtud de lo importante que significa liderar.
Todas las actividades que realizamos los seres humanos implican acciones de liderazgo.
El término LÍDER se traduce del inglés "leader" que proviene de dos vocablos indoeuropeos que significa, “lea”: descubridor y “der”: sendero; y se atribuía al miembro de la tribu que se convertía en experto en descubrir el sendero por donde pasaba la presa que estaban cazando.
Líder es aquél que desafía las circunstancias y descubre el sendero para guiar a todos los que lidera.
El sendero puede significar una salida o solución de un problema. En todo caso brinda respuesta, refrigerio y esperanza.
El liderazgo es una cualidad demostrable que implica acción efectiva.
Todos los seres humanos estamos diseñandos para liderar, pero no todos logran desarrollarlo.
¿Qué hacer al respecto?
El autoconcepto que tengamos de nosotros y de nuestras habilidades es determinante.
Para actuar como líder en alguna circunstancia particular, primero debemos pensar como líderes. Y esto es un punto de inflexión transformador.
La falta de pensamientos direccionados al liderazgo es el principal problema que impide desarrollar un liderazgo.
¿Y dónde se producen los pensamientos?
En el cerebro. Pues es el cerebro el centro de los procesos y las conexiones sinápticas entre las neuronas que le componen, las que permiten actuar con rapidez o parálisis, escapar o enfrentar un peligro, buscar una solución o lamentarse por su mala suerte.
Los pensamientos se generan en nuestra mente y son producto de las conexiones neuronales existentes.
Todo el funcionamiento de nuestra mente (la memoria, el habla, el aprendizaje de nuevas habilidades, el pensamiento, los movimientos conscientes…) depende de estas conexiones entre las neuronas.
Esto nos indica que es posible entrenar nuestro cerebro para crear hábitos diferentes y desarrollar todo nuestro potencial en materia de liderazgo.
¿Quieres reprogramar tu cerebro para liderar?
¡Te ayudo ha lograrlo!