Salta al contenido principal

MÓDULO II

MÓDULO II

MEDIAR, EL ARTE DE INTERVENIR SIN ARBITRAR

El mediador es un profesional neutral e imparcial que interviene en una disputa con el propósito de ayudar a las partes a resolver sus diferencias y a mejorar sus relaciones en el futuro.

El mediador ayuda a mejorar el proceso de comunicación entre las personas, a definir claramente su conflicto, a comprender sus intereses y los del otro, orientándolas hacia la búsqueda de opciones que solucionen la controversia.

El mediador no impone una solución al problema, son las personas quienes tienen siempre la responsabilidad de tomar su propia decisión y alcanzar su propio acuerdo.

La labor del mediador cumple hoy en día una función social muy importante que contribuye a la realización de la justicia. Por eso, no es suficiente hacer las cosas, es preciso hacerlas bien. Supone que el mediador debe asumir un rol complejo que requiere una formación en estrategias y tácticas necesarias en mediación, así como una experiencia contrastada en la misma.

 

EL MEDIADOR COMO TERCERO NEUTRAL.   

El mediador, establece una relación de ayuda, en la que el objetivo consiste en acompañar a las partes en conflicto, a:

· Identificar sus necesidades, intereses, dificultades y recursos, para desbloquear la situación de enroscamiento que genera el conflicto.

· Mejorar su modo de comunicación para poder expresarse de manera pacífica y resolutiva, facilitando el diálogo con las otras partes.

· Acercar posiciones entre las personas implicadas en el conflicto, para poder comprender, empatizar y gestionar el conflicto en un modo más funcional.

· Hacerse co‐responsables acerca de la situación que están viviendo y así poder actuar de modo colaborativo.

· Aprender a utilizar un sistema de comunicación no violento que les ayude a clarificar y resolver el conflicto presente y otros futuros.  En este contexto, el mediador puede ser visto como un modelo referente a seguir. En este sentido, si la mediación tiene un componente educativo, el mediador es el medio a través del cual se realiza este aprendizaje de las partes. Es por ello, que el mediador tiene la responsabilidad de acercar los principios mediadores a su propia vida, para hacer congruente la enseñanza que, de un modo directo o indirectamente, realiza en el marco del desarrollo de la profesión de mediación.

 

HABILIDADES COMUNICACIONALES DEL MEDIADOR

El “cómo” pensamos influye en el “cómo” hablamos y nos comportamos. Por ello es imprescindible que el mediador realice los cambios internos necesarios para “vivir” los principios mediadores, para después poder transmitirlos en su vida cotidiana y profesional. En mediación, la autenticidad y la transparencia, son elementos incluidos por sistema tanto en el comportamiento interno (pensamientos y sentimientos) como en el externo (lenguaje y comportamiento) y esto supone de un lado, reformular internamente los propios condicionantes, valores y creencias y de otra parte, significa poner un especial énfasis en hablar y transmitir las ideas, necesidades, deseos o directrices a las personas del equipo, con un enfoque pacífico y apreciativo. Esta transmisión debe ser fiel al contenido y también deber ir acompañado de una serie de “formas” que resulten no tan solo congruentes con lo que se quiere comunicar sino, sobre todo, facilitadores del diálogo.

Comunicación verbal y no verbal

Fundamentalmente, el lenguaje que usa el facilitador o mediador en un proceso de gestión de las diferencias, debe contener y mostrar de modo claro los valores y principios de la mediación. En este sentido debe ser:  

· Personalizado, con el uso del nombre de las personas, evitando el “él o ella”.

· Respetuoso, adecuándolo al nivel de comprensión y de comodidad de las personas presentes, así como al sentir de las partes.

· Cálido, en el sentido de “comprender internamente” la percepción del conflicto y las reacciones que se han producido, siendo suave en las formas, aunque firmes en el contenido.

· Inclusivo, evitando determinadas fórmulas propias de la discordia como el “nosotros – ellos”, que evidencia la dicotomía y separación entre las partes.

· Legitimador de las partes, evitando los juicios tanto internos como externos.

· Técnicamente planteado, en el sentido de ser consciente de qué se está diciendo y el por qué, en el marco de las técnicas que se estén usando en el momento.

·  Educador, ya que el mediador constituye un “modelo” a imitar, también en el modo de hablar.

·  Comprometido con la construcción de cultura de paz. Así mismo, el tono, el volumen, la cadencia, el ritmo del habla, los contrastes y el tipo de voz, es un factor a tener en cuenta para comunicar serenidad, aceptación, tolerancia o, por el contrario, ansiedad, incomodidad, nerviosismos, prisas, etc.

 

Algunos aspectos básicos que deben ser tenidos en cuenta, respecto a la comunicación no verbal, en el marco de la gestión del conflicto, son los siguientes:

El silencio: Tiene siempre un significado y así debe ser valorado. Puede significar que la persona necesita un espacio para reflexionar sobre el tema, tener en cuenta los propios sentimientos (“sentir lo que está pasando dentro de uno mismo”) o pensamientos (“tomar decisiones de cómo continuar la conversación”), aunque a veces, simplemente, el silencio puede servir para tomarse unos segundos de respiro y también en este caso, debe identificase su significado.  

La mirada: A través de la mirada se puede evaluar el estado de comodidad o incomodidad del otro, pero también uno mismo puede transmitir seguridad, interés y animar a seguir con la conversación. Así mismo, a través de la mirada, se expresa el interés en el otro y en la relación. La mirada es un tipo de anclaje que debe ser utilizado como tal en el marco de la comunicación efectiva.

El movimiento y la mímica: A través del movimiento y la mímica se pueden identificar estados emocionales o disposicionales, que el mediador debe identificar y valorar para que puedan ser utilizados a favor de una comunicación más eficaz.

Las distancias: El efecto “distancia” puede influir en la calidad y cantidad de comunicación que las partes intercambien con el mediador. Es importante saber utilizar este modo de contactar con el otro, evitando la sobreexposición, o por el contrario, la minimización de la distancia que produciría barreras en la comunicación.  

Las posiciones físicas: Se refieren al lugar que ocupan las partes en el medio de interacción en el que se encuentran. Son importantes para asegurar una buena comunicación, por lo que se debe estar atento a:  

₋ Que las partes presentes en la sesión tengan un buen contacto visual (para fomentar la seguridad y la confianza)

₋ Que estén situadas a la misma altura (para evitar desequilibrios)

₋ Que las posiciones físicas de ambos favorezcan la utilización óptima de los modos de contacto y comunicación deseados.

 ₋ Que las posiciones ocupadas por las partes sean confortables, con el fin de evitar que la incomodidad física y la fatiga obstaculicen la calidad el intercambio y provoquen la interrupción prematura del encuentro.


Uso de las formas paralingüísticas y otros modos de comunicación no verbal. Se utilizan para invitar a las partes a continuar (a través de miradas, silencios acompañados y otras manifestaciones como señales con la cabeza, tacto y expresiones de mmm, ajá, etc.) o por el contrario, para limitar a las partes en su expresión verbal o para evitar interrupciones en el relato de una de las partes (a través signos con la mano, expresiones faciales o incluso el uso del tacto, que debe ser meticulosamente valorado antes, para evitar una reacción de rechazo).

Aliño y vestimenta. El mediador debe tener en cuenta no solo cuestiones acerca del emisor, el mensaje, el canal o el contexto, sino también del receptor. La primera impresión es importante y las posteriores también. En un contexto determinado, la vestimenta y forma de presentarse deberá ser de un modo concreto, mientras que en otro, será de otra naturaleza. El mediador que trabaja en organizaciones debe ser consciente que su imagen le antecede y que, si desea producir confianza e impacto positivo, éste deberá ser un aspecto sobre el que deberá poner un cuidado estratégico.

 

Referencias utilizadas

https://www.icacor.es/fileadmin/user_upload/archivos/contenidos/EL_MEDIADOR.pdf


Última modificación: jueves, 18 de febrero de 2021, 22:38