Según la OMS la salud mental es un estado de bienestar en el que la persona realiza sus capacidades y es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida, de trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad. En este sentido positivo, la salud mental es el fundamento del bienestar individual y del funcionamiento eficaz de la comunidad.
El centro de todos los procesos humanos se encuentra en el sistema nervioso, el cuál es liderado por un órgano que representa el 2 o 3% de la masa total del ser humano. El cerebro.
Estudios científicos recientes han demostrado la importancia que tiene el conocer el funcionamiento cerebral para optimizar el desempeño humano. Los hallazgos neurocientíficos han direccionado las investigaciones en post de mejorar la calidad de vida y maximizar el potencial humano.
Nuestro cerebro está diseñado para socializar y está equipado con una poderosa habilidad. Tiene la capacidad de moldearse. Esta característica es conocida como plasticidad cerebral.
Este maravilloso órgano puede ser severamente afectado si es sometido constantemente a episodios estresantes.
El estrés, al igual que la ansiedad, es una forma que tiene tu organismo de ponerte alerta. Tú cerebro te está avisando de que algo no va del todo bien. ¿Cómo lo hace? Haciéndote sentir mal físicamente.
Para ello tiene unas herramientas súper útiles llamadas neurotransmisores y hormonas.
Cuando una persona sufre estrés, su cerebro deja de producir serotonina, dopamina, oxitocina y endorfina en diferentes niveles. Cada una de estas sustancias juega un papel fundamental en el bienestar mental y físico del ser humano.
Si queremos alcanzar un bienestar mental debemos cuidar nuestro cerebro.
Segundo tema: Teología aplicada al comportamiento humano.
La Teología es una ciencia fáctica que tiene como objeto de estudio los hechos registrados en la Escritura. Para ello, cuenta con un método de estudio que le permite identificar, recoger, clasificar e interpretar esos hechos con la finalidad de aplicarlos en un área específica.
La Teología al igual que la Biblia, no se ocupa de la existencia de DIOS, la da como cierta. El método teológico emplea las misma presuposiciones que el método científico aplica en las ciencias naturales. La Biblia es para el teólogo, lo que la naturaleza es para el naturalista. En primer lugar parte de la fiabilidad de su observación y en segundo término da como cierto los hechos que observa. El teólogo además cree que los hechos registrados en la Escritura son inspirados por DIOS.
Con respecto al comportamiento humano entendemos que la Escritura es útil para enseñar, redarguir, corregir e instruir en justicia, a fin de que el hombre de DIOS sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
"La mayor causa de las llamadas enfermedades mentales es un concepto distorsionado de DIOS y nosotros mismos"
Dr. Neil Anderson experto en teología práctica de la Escuela Talbot EEUU.
Esto demuestra que dos de los problemas que tiene la humanidad son en primer lugar el errado concepto que se tiene sobre DIOS y el segundo término el desconocimiento de quienes somos para DIOS, lo que se resume en "Identidad en Cristo".
Resolver estos dos problemas, abre el camino a la restauración integral y desarrollo del máximo potencial de cada persona. Pero esto lamentablemente no es tan sencillo.
Hemos sido diseñados a imagen y semejanza del Creador, con un objetivo específico. Para identificarlo es indispensable primero conocer a DIOS.
Cuando hablamos de conocer se debe tener claro el significado de este verbo en hebreo y posteriormente en griego.
En los originales hebreos encontramos que la falta de conocimiento es identificada como la causa por la cuál desmaya o perece la sociedad.
Por su parte en los evangelios se observa el establecimiento de un punto de inflexión entre conocer o no conocer la verdad. La diferencia entre una y otra condición es la "libertad."
CONOCER a DIOS debe ser la prioridad de toda persona que aspire a mejorar su día a día.
Cuarto tema: Arrepentiento. El cambio de pensamiento.
"Arrepiente que el diablo te va a llevar" se convirtió en un cliché usado en la presentación del evangelio.
No pretendemos desvirtuar tal afirmación, sólo queremos dejar claro el significado que la palabra arrepentirse engloba.
Arrepentiento es la traducción del griego: "Metanoia" que significa: cambio de pensamiento.
El arrepentimiento contempla en primer lugar el reconocimiento de una forma errada de pensar y en segundo lugar la determinación de cambiar esa forma de pensar.
El arrepentimiento es posible gracias a la plasticidad cerebral que caracteriza a nuestro cerebro.
Según los hallazgos neurocientíficos más recientes, nuestro cerebro tiene la capacidad de modificar las rutas neuronales construidas previamente a través de la experiencia en interacción con el medio que le ha rodeado.
Esto quiere decir que tenemos la habilidad innata de cambiar paradigmas. Un paradigma es según Steve Covey (Autor del Libro Los hábitos de la gente Altamente Efectiva) un mapa que define la realidad que percibe, comprende e interpreta una persona en particular.
En este contexto el Dr. Anderson expresa que el criterio tradicional que define si la persona es mentalmente saludable, es si está en contacto con la realidad y se encuentra un tanto libre de ansiedad.
¿Puede una persona que desconozca a DIOS tener una interpretación correcta de su realidad? No y a eso se debe tanta infelicidad.
El arrepentimiento es una necesidad determinante para pasar de niveles de frustración a realización.
Quinto tema: Renovación del espíritu de la mente.
El cambio de pensamiento es posible al comenzar a conocer a DIOS.
Preguntas claves que deben ser respondidas son:
¿Quién es DIOS para mí?
¿Qué significa DIOS en mi vida?
La Biblia es infalible para enseñarnos al respecto.
La siguiente serie de preguntas que debemos hacernos son:
¿Quién soy yo para DIOS?
¿Qué necesito cambiar para lograr ser lo que dice DIOS de mí?
Al entender el significado de quién es DIOS para nosotros, vamos a comenzar a comprender quienes somos para él. Este proceso es unidireccional, es decir, no podemos saber quiénes somos sin saber quién es DIOS. Este proceso es constante a lo largo de la vida, la renovación de nuestro entendimiento impide que nos amoldemos a las circunstancias que nos rodean.
Sexto tema: Los paradigmas o rutas de pensamiento que impiden que mejore, ¿Cómo los derribo?
Hemos visto que los paradigmas son mapas que nos conducen a un resultado. Son como surcos formados en el camino, de tantas veces que hemos transitado por ellos. Por lo que cambiarlos a menudo requieren de gran esfuerzo.
Los paradigmas son el lente a través del cuál percibimos la realidad. Estos se componen de las creencias, a través de las cuales comprendemos e interpretamos los hechos.
Los paradigmas son adquiridos a través de la experiencia y la imitación.
La mayoría de ellos fueron construidos en nuestra niñez temprana, etapa en la cual según el Centro para el Niño en Desarrollo de la Universidad de Harvard, el cerebro de los bebés forma nuevas conexiones a una velocidad asombrosa, más de 1 millón cada segundo, un ritmo que nunca más se repite.
Estos paradigmas pueden ser tan estrictos que impiden la comprensión de ideas fuera de sus límites. La Biblia nos enseña que estos son estructuras en la mente humana que impiden el entendimiento de DIOS.
Observemos un ejemplo. Suponga que Juan Pérez, en su niñez temprana escucho constantemente que era una desgracia para la familia. Esta expresión fue acompañada con muestras de desprecio y en ocasiones de odio.
Juan crece con esa creencia profundamente arraigada en su mente. Cierto día tiene la oportunidad de escuchar la verdad del evangelio. Conocer un Padre amoroso, impacta su vida, este evento estremece sus sentidos. Juan comienza a comprende en su mente quién es DIOS, pero sus creencias más profundas siguen haciéndole pensar y actuar como lo haría un ser que no espera nada mejor.
¿Puede Juan cambiar su manera de pensar?
Si, lo puede lograr. Para ello debe echar abajo los argumentos que se han construido en su mente. Esto implica gran esfuerzo, porque estos conceptos han sido fuertemente arraigados en el Hipocampo.
El Hipocampo es una estructura del cerebro en donde, entre otras cosas, se almacena la información que suministra el entorno para construir el autoconcepto de nosotros.
Afortunadamente entendemos por la Escritura el "Poder demoledor" que tiene la Palabra de DIOS.
Esta es como martillo que pulveriza la piedra y espada de doble filo que penetra hasta lo más recóndito del ser humano.
De manera que la clave es estudiar la Biblia en torno a quien es DIOS y quiénes somos nosotros para él.
Séptimo tema: Forma de pensar recomendada por la Biblia.
Según estudios científicos, se estima que tenemos unos 60.000 pensamientos diarios, la mayoría de ellos recurrentes. Lo que implica que ya los hemos tenido anteriormente.
Pensamos constantemente, a veces no nos percatamos de eso. Lo cierto es que "somos lo que pensamos" de allí al cuidado que debemos tener de lo que pensamos.
La Biblia nos ofrece un filtro que consta de 8 cualidades que deben de tener lo que pensamos.
Nuestros pensamientos deben ser:
a.- Verdaderos. Es decir, que estén fundamentados en la verdad.
b.- Honestos.
c.- Justos.
d.- Puros.
e.- Amables.
f.- De buen nombre.
g.- Virtuosos.
h.- Dignos de Alabanza.
Si hacemos el ejercicio de pasar nuestros pensamientos constantemente por este filtro. Comenzaremos a desechar aquellos que no nos edifican. Recuerde que "Cual es su pensamiento en su corazón, tal es él."